CANOPY: VÉRTIGO
ENTRE ÁRBOLES
Nada hacía presagiar que un invento de los botánicos que estudiaban la flora y fauna de las selvas tropicales de Centroamérica se convertiría en la última sensación de los deportes extremos. Un cable de acero, un arnés y una gran polea fue la trilogía que permitió la observación de la fauna desde la copa de los árboles sin interferir en los hábitos de los animales selváticos.
Ahora ese mismo sistema de movimiento entre árboles es uno de los nuevos, y completamente seguro, deportes extremos que lentamente se instalan en los bosques sureños de Chile.
Hacia Huilo-Huilo
En medio de una inmensidad natural que sobrecoge, se alza la reserva natural Huilo-Huilo, uno de los parques ecológicos más grande del país con sus más de 60 mil hectáreas protegidas coronadas por los volcanes Mocho y Choshuenco.
Solamente 56 kilómetros separan a Panguipulli de la reserva creada por el empresario Víctor Petermann y que ofrece una nutrida cantidad de actividades enmarcadas en la colosal variedad de verdes que conforman el tupido bosque del Huilo-Huilo.
La entrada ya marca un hito de por sí con un hermoso centro de visitantes, una cafetería y el portal de ingreso, todos construidos de madera y con inmensas vigas de troncos realmente imponentes.
Luego de unas breves consultas por el precio y un detalle de la actividad llegan los guías quienes nos dirigen al interior de la reserva rumbo al Canopy.
Preparándose para Volar
Avanzando unos pocos kilómetros se halla la entrada al Canopy, palabra inglesa que tiene referencia a las “copas de los árboles” y hacia allá se dirigen los pasos del grupo, hacia lo más alto de los árboles.
Pero antes los guías se encargan de realizar una completa demostración de seguridad en los arneses que cada persona utilizará y la familiarización con poleas, mosquetones, guantes de seguridad y cascos que serán usados durante la hora y media que dura el trayecto completo. Todo muy relajado pero bastante claro. ¿Los guantes? No solamente por el contacto con los cables de acero por los que uno siempre está sujeto, si no porque también son el freno que detendrá el veloz desplazamiento entre árbol y árbol.
Viajando por el Cielo
Una vez enlazados con los mosquetones a los cables se inicia la travesía a través de un pequeño puente colgante que prueba el equilibrio y la superación del vértigo inicial, concepto que se repetirá con insistencia en la cabeza del visitante ya que ahora todo se vuelve velocidad y altura.
El Canopy de Huilo-Huilo consta de ocho plataformas construidas a una altura que comienza en los 10 metros y que llega hasta los 25 sobre tierra firme. Desde esa distancia la perspectiva del bosque cambia totalmente. Entre medio de las ramas se escucha más nítidamente el canto de los pájaros o el susurro del viento que mece las copas de los árboles y para que hablar del paisaje que envuelve los sentidos totalmente.
Sin embargo la sensación de altura cambia súbitamente cuando llega el turno de enfrentarse al vuelo y el guía señala las instrucciones una vez más y el cable se ve directo avanzando hacia la próxima plataforma donde está otro guía. Un escalofrío recorre el cuerpo, pero no hay marcha atrás.
El deslizamiento es rapidísimo y realmente se va entre medio del follaje, pero es necesario prestar atención a no darse vuelta o quedar varado a mido camino ya que ello implica esfuerzos adicionales que no le quitan adrenalina al viaje.
Posteriormente de unos tres lanzamientos cortos y de varios puentes colgantes fabulosos, se llega a la extensión más larga con un cable de acero que recorre más de 150 metros de espectacular avance. Acá la emoción llega al límite ya que la rapidez del tramo, sumado a la altura y belleza de las imágenes permiten un gozo perfecto del deporte.
Finalizada cada una de las estaciones, la sensación es de un niño con juguete nuevo. El Canopy es una actividad segurísima y recomendada para personas desde los 4 años en adelante. Aparte es inmejorable como método de enseñanza ecológica y de respeto hacia el medio ambiente porque cambia totalmente la visión de las cosas al estar elevados por sobre los 20 metros de altura.
Recomendable absolutamente para los buscadores de nuevas emociones y para quienes quieran experimentar el bosque de Huilo-Huilo de una nueva forma.